Cuando Nicholas Crane decidió emprender su aventura de diecisiete meses, nunca había realizado un viaje en solitario. Quería recorrer a pie la cadena de cordilleras que divide transversalmente Europa en dos para explorar los únicos parajes salvajes que quedan en el Viejo Continente y conocer a la gente que vive en la periferia del mundo moderno. Crane atravesó la cordillera Cantábrica, los Pirineos, los Cévennes y los Alpes suizos pasando por los Cárpatos y los Balcanes, para llegar finalmente al Mar Negro. A cada paso descubría que entre glaciares, picos y valles se esconden las últimas tribus de montañas europeas.
Un sendero entre las nubes
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Cuando Nicholas Crane decidió emprender su aventura de diecisiete meses, nunca había realizado un viaje en solitario. Quería recorrer a pie la cadena de cordilleras que divide transversalmente Europa en dos para explorar los únicos parajes salvajes que qu
