Un forastero llamado Joshua (Jesús en hebreo) llega y se cuela de inmediato en el corazón de la gente y aunque vive de cerca el racismo, la soledad, la indiferencia y la explotación, sabe abrirse camino e inyectar fe en los corazones de quienes ahí habitan.
Con su genuina caridad y su actitud abierta y transformadora, Joshua les enseña el camino para regenerar la ciudad y alcanzar una revitalización económica con la que pocos se atreven a soñar.