“Es una selección de muchas cosas centradas en la vida privada de Artigas, de lo que sigue existiendo poco y nada, y en lo que creo he sido bastante preponderante”, dijo el autor en diálogo con El Eco.
“Hasta finales de 1999, salvo Melchora Cuenca -y hasta por ahí nomás-, siete de estas mujeres eran consideradas por la academia “apenas una sombra” en la vida de Artigas.
Ese año apareció el primer “Artigas Ñemoñaré” y el mundo se enteró que Artigas necesitaba de una relación estable con una compañera, pese a su vida de sobresaltos continuos. Quince años junto a Isabel Velázquez y cuatro hijos en Villa Soriano en su juventud y casi los treinta que vivió en Paraguay junto Clara Gómez y su hijo Juan Simeón que, como buen artiguista, fue soldado fiel y amigo de Solano López y lo sobrevivió a su muerte en Cerro Corá.
Yo quería concentrar las familias para generar un solo documento, y eso es este libro. Pero tiene muchas otras cosas relativas a los bicentenarios: Villa Purificación, por ejemplo”.