El Burlador de Sevilla/ El Vergonzoso en Palacio

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El libro trata sobre Don Juan, un personaje que se burla de todo el mundo. A la primera mujer que burla Don Juan es a Isabela, haciéndose pasar por el Duque Octavio. Las culpas y la deshonra son para el Duque Octavio. La siguiente mujer es Tisbea, una pescadora, que cuando Don Juan y Catalinón nadando hacia la orilla, va en su ayuda. Cuando Don Juan está mas o menos recuperado intenta conquistar a Tisbea, le da su palabra y le promete ser su esposo, igual que a Isabel, y cuando la deshonra se escapa. Su siguiente burla fue para Doña Ana, a la cual no conocía, pero el Marques de la Mota le hizo una descripción tan buena de ella, que decidió intentar deshonrarla. Pero tras engañar a Mota e ir a por Doña Ana, se le interpuso Don Gonzalo, por lo que Don Juan lo mató. Tras esto Don Juan deshonro a Doña Ana y le dice a Mota que ya puede ir a visitar a su prima. Cuando este va a ver a su prima se encuentra con un extraño alboroto, pregunto que ocurría y le prendieron, ya que este le había dejado una capa a Don Juan y seguidamente Don Juan se la devolvió. La última víctima de Don Juan fue Arminta, prometida de Batricio, con el cual pronto se casaría. Don Juan la lió y como a todas las anteriores la prometió matrimonio, la deshonro y volvió a escapar. El Rey concreto matrimonio con Doña Isabel. Tres días antes de la boda se le aparece a Don Juan y a Catalinón el difunto Don Gonzalo que se auto invitó a cenar. Don Gonzalo invitó a Don Juan para el próximo día, Don Juan aceptó. Al día siguiente fue donde habían quedado, pero la cena que sirvió Don Gonzalo no era muy apetitosa por lo que Don Juan se dio por cenado. Después Don Gonzalo se vengo de don Juan por todas las deshonras que había hecho y le mato. Catalinón huyo y fue a contárselo al rey cuando este se entero no se lo quería creer, pero después se lo volvió a contar Catalinón y dijo que era castigo del cielo y que se lo tenia merecido. Tras enterarse de la muerte de Don Juan, las mujeres que creían ser sus esposas pidieron al rey que si podrían casarse con sus antiguas parejas, Mota con Doña Ana, Don Octavio con Isabela y Batricio con Arminta.