SUEÑO REO

Otro destacado poeta nacional, Sergio Sosa Bonavita,

integrante de la Comisión de Fomento de la Unión, fundador del

Grupo “Arte y Cultura del Cardal”, distinguido en Buenos Aires

por el “Círculo de Poetas Lunfardos” y por la “Academia del

Tango” en Uruguay, premiado en repetidas oportunidades:


Primer Premio en el Concurso “Concertango” en este país,

compuso en el año 2007 el poema “Sueño

Reo” que le valió otro

 

merecido Primer Premio en el “Concurso de Poesía Lunfarda”,

también en Uruguay.

“Sueño Reo”, es en efecto un poema conmovedor.

 


SUEÑO REO


Ñorse!

A vos, que fuiste un pan bendito p’al que en yanta

la yuga mansamente, astutamente hambreado,

te viá a tirar la manga: una cola quimera,

drepa altísimo… Barba… Cofla crucificao.

Por junártela lunga en esto e’la injusticia

Donde faltan Jesuses, donde sobran Pilatos,

donde ciegos, los Judas, cuentan el paco sucio

y temblequean los Pedros, al canto de los gallos.

Te confieso en el monte del Huerto de mis penas,

mi sangre, en agonía, como vos, he sudado

y no me quedan lágrimas de junar tanta mugre

y por el que no pudo, Jesús, las he llorado.

Cuando la Magdalena vino a mí, derrotada

y le calé en los ojos su sino verdugueado,

no pude ser cafishio… el bobo me hizo trampa

y se quedó en el suyo para siempre, enjaulado.

Como venía del bajo, le habría lavao los pies

que anduvieron los cienos inmundos del pecado

y sin tirar la piedra del que no es libre e’ culpa

a puro beso taita, se los habría secado.

A mi mejor gomía, taura noble sin grupo,

lo trampearon dos naifas y cayó engayolao.

Nacido p’a ser libre, se palmó de tristeza

y el alba reluciente lo descubrió finao.

Y aunque quise emularte en mi torpe delirio

y me llegué a su tumba, de angustia encanutao,

aquel ¡Abel! ¡Levántate! ¡Levántate y camina!

se me ahogó en el garguero, no quiso ser solfeao.

No me salió el prodigio… Vivir, ya es un milagro

pa’l que tuvo e’ botija que andar arrodillado

y como vos no tuvo la gracia inmensurable

de una santa María que te tuvo abrazado.

Que te acunó en las noches terribles en que Herodes

por ser Santo Inocente te soñó degollado.

Los hijos de la Vida, los sin madre, llevamos

un estigma maldito al oriyo, grabado

y algo en común nos une a tu horrenda agonía

cuando al Madero infame, sin piedad, amarrado,

aún brota la pregunta que hecha Cruz, arrastramos

¡Dime, Padre… ¿Por qué me has abandonao?

¡Cómo no comprenderte, si es el mismo gemido

Que “los hijos de nadie”, a los cielos lanzamos…

Pero es que no me queda ya más nada en el mundo

y vos tenés, al menos, un Padre, allá, en lo Alto!

Vos sos el Rey de Reyes, aún con corona e’espinas,

yo no soy otra cosa que un oscuro bastardo.

Vos sos el Cristo e’ todos los pobres, los que lloran,

yo, sólo un pobre cristo, que te ha buscao llorando.

A vos, que fuiste un Pan bendito p’al que en yanta

te busca entre las sombras del barrio proletario,

hoy puedo confesarte que aunque no queden lágrimas

en estos ojos secos… Soy un río de yanto…

Y tengo una quimera: Que hasta vos suban todos

los pobres infelices, los parias, los vasallos…

Y al llegar a las puertas del Edén, se contemplen

en un deslumbramiento, en tu faz, espejados.

Y como dioses, gocen el cielo prometido

sin olvidar su génesis, acá abajo, en el barro…

¡Concédeme este Sueño… esta loca Quimera…

Ñorse altísimo… Barba… Cofla crucificao!

Sergio Sosa Bonavita año 2007