RELATOS DE VIDA
La casa estaba instalada en medio de lomas; cerros y arroyos.
Sus habitantes; padre; madre: y cuatro hijas, todas entre 1 y 6 años.
A distancia de la casa los establos con vacas; caballos; ovejas; gallinas; patos y gansos.
También contaban con 2 perros. La madre y otras señoras vecinas lavaban la ropa en un arroyo que cruzaba cerca de la casa.
Uno de esos días; mujeres y niños; desempeñaban esas tareas, pero una de las niñas, la más pequeña quiso imitar a las mujeres y se acercó a lavar su pañuelo; pero sin experiencia ni precaución cayó al agua; su madre gritaba desesperada porque a la niña se la llevaba la corriente del arroyo; hasta que una de las señoras lavanderas se arriesgó a sujetarla y retirarla fuera del agua.
¡Qué susto! Yo; observaba a distancia el hecho; aprendí la lección de no acercarme a la orilla del arroyo.
En medio de tanto susto de lágrimas y alegrías; todas las mujeres y niños fueron a la casa a disfrutar de una rica merienda; con pan casero; chocolate; y sconees dulces.
Como experiencia se deduce que lo traumático que queda de choques emocionales en la niñez es muy fuerte y difícil de eliminar; es peor ello que como padres siempre se debe tomar en cuenta la sensibilidad emocional del niño.
Estos relatos de vida dan para reflexionar, porque dice el refrán “HOBRE PRECABIDO vale por dos”. Así son relatos de vida reales.
María Noel Lascano