FLORACIÓN
Se enroscaron en la esquina
el farol y la percanta.
Quizás abrazaba ella
la luz que Dios no le daba.
Creció estirada en el suelo
una mishia sombra larga
y fue a bañarse en el charco
que en la estrada se formaba.
Se enroscaron en la esquina
el farol y la percanta.
Era una luna debute
el redondel de su cara.
Otras buscaron la oscura
mirada de las ochavas,
las arcadas penumbrosas
o los faroles de grana.
Se enroscaron en la esquina
el farol y la percanta.
Ella embrocaba la luz
alta que la deslumbraba
y los verdores del charco
que por su sombra trepaban
iban brotándole flores
como una hiedra
en el alma!